Tiembla la delincuencia

Todo el mundo comenta hoy las nuevas medidas de seguridad anunciadas por el gobierno. A última hora, se quitó de la lista una iniciativa que iba a ser sguramente una de las más efectivas contra la delincuencia. Esta consistía sencillamente en despenalizar la delincuencia y así se terminarían de una vez por todas y para siempre todos los delitos. Pero se pensó que el país no estaba preparado y se desechó.

Otra idea que no llegó a puerto fue un programa del ministerio del interior en conjunto con Mideplán que iba a llamarse "Yo también soy delincuente". Se trataba de que la mayor cantidad posible de chilenos fuera delincuente al menos por un día. Se buscaba lograr con esto una mayor comprensión de la delincuencia por parte de los ciudadanos, que de ese modo se cansarían de alegar tanto. También hubo problemas para buscar el rostro de la campaña. Trascendió que Zamorano se habría negado, aunque le parecía menos riesgosa que la de Transantiago.

Ahora que es complicado elevar el número de carabineros, se han estudiado también opciones alternativas como teñir de verde los uniformes de los guardias de azul, arrendar comisarías para eventos como matrimonios bautizos y primeras comuniones con el fin de aumentar los ingresos policiales y hacer bazares con lo que incautan Carabineros en el comercio ilegal.

Los delincuentes, por su parte, han amenazado con un paro si las medidas dadas a conocer se ponen en marcha. Paradójicamente, su paralización de actividades reduciría los niveles de delincuencia, pero mejor no hacerles ver el error.