Zamorano a la orilla del río

No es sólo que no encuentre solución para su respiración, como decía el parte de su fallida boda con Kenita Larraín, parece que ahora tampoco encuentra cómo pagar la contribución. Su ciudad deportiva le pareció ciudad “recortiva” al fisco y está para salir a remate por contribuciones de terreno sin pagar.

Si Transantiago necesita 290 millones de dólares y Bam Bam no tiene para las contribuciones, mejor cerramos el negocio de una. A Zamorano le hubiese ido mejor comprando la ciudad azul, algo que su corazón colo colino jamás le hubiese permitido.

Anda con tan mala suerte nuestro célebre ex goleador, que cuentan que hasta la señora Alicia perdió la mano para las cazuelas. Inexplicablemente, se le pasa el zapallo y las papas le quedan crudas. Zamorano necesita urgente un sahumerio, un cambio de corte de pelo, probar marcas que no sean Armani. Que pruebe lo que sea, porque algo en su vida es mufa y no debería descansar hasta descubrirlo. Tal vez sean las palmeras de su Ciudad de portiva y la madre tierra le esté pasando la cuenta por llevar esas especies a la precordillera santiaguina.

Es curioso lo que pasa en Santiago. Donde las palmeras son valoradas, como pasa en Providencia con Antonio Varas, las quieren sacar. Donde no tienen nada que ver, como en los malls del barrio alto y otros centros comerciales, crecen como la mala hierba, ya que la buena crece en otras zonas y en otra estación.

Es de esperar que no le vayan a poner palmeras al Mapocho cuando quede limpio, como anuncia que hará una empresa sanitaria. Habría que poner algo más típico, como álamos o sauces llorones, que deben ser a estas alturas los árboles favoritos del pobre y tan goleado por la vida de Bam Bam.