El masaje presidencial

Ayer, en el mensaje presidencial, sacaron a una señora que se iba a desnudar Esa es la influencia de Cecilia Bolocco o de la notera Luli. Tal vez,la señora quería simbolizar que la estaban dejando en pelotas. Es curioso que lo que ahora apoyan el “desalojo” inviten a los deudores habitacionales. Los parlamentarios que les dieron las entradas están como para invitarlos al cumpleaños y decirles trae amigos no más.

Igual es feo no aplaudir a la presidenta. Uno aplaude por buenos modales en el teatro o en un concierto aunque no le guste lo que vio. Es una forma de agradecer el trabajo de la gente, aunque haya perpetrado un bodrio.

La presidenta la ha embarrado, pero se ha esforzado también. No cuesta nada darle un aplauso sobrio. Si no hay que dejarse las palmas rojas, pero sí solidarizar un poco con lo complicada que debe tener la vida esa pobre mujer. O sea, si aplauden en cualquier tontera de la tele a la que los invitan...

Bueno, las cosas han estado algo despelotadas en el país últimamente y los mal pensados decían que en el congreso, en vez de alfombra roja, iba a haber alfombra coja. Pero no salió tan mal, después de todo. Marco Enríquez Ominami se lateó un poco, sí, o a lo mejor fue de puro díscolo. Girardi optó por llamar la atención con calcetines rojos, que así nadie investiga de donde salieron los fondos para la maniobra.

Justo ahora que íbamos a entender la regla del superávit estructural, la bajan. Por lo menos no la eliminaron, pero podríamos haberla comprendido con la mitad de esfuerzo ahora que cayó en un cincuenta por ciento.

Para cumplir la promesa de todos los hospitales anunciados, los van a adosar a las farmacias que hay en todas las esquinas. Así se aseguran la parte de los medicamentos.
Es tanta la plata que se va a destinar a la educación, que va alcanzar para faldas a cuadros de colegio cuica para todas las niñas. En las escuelas municipales ya están empezando a armar pelotas de rugby de trapo, para familiarizarse con el deporte.

Después de terminado el congreso pleno, pudimos ver el debut de las cadetes mujeres. Pobres marinos. Ahora van a saber disciplina de verdad. Van a tener que recoger la ropa sucia del piso, comer en la mesa, levantar la tapa del baño, ser rudos pero sensibles, contenedores y todo eso arriba de un barco, sin marearse.

Pero ya lo había dicho el prócer: La contienda es desigual.