Friday, May 11, 2007

A continuación, el informe del tiempo

La corriente de la niña ha llegado una vez más para hacer de las suyas. ¿Por qué el gobierno no ha hecho nada para impedirlo? Seguramente hay algún desvío de fondos que lo explique. Debe haber alguna triangulación entre algún ministerio, la niña y esos sospechosos frentes de alta presión o anticiclones, como nos enseñó Luchito Weinstein que se llaman.

Los fenómenos climáticos son muy sospechosos. La vaguada costera, por ejemplo, debe ser el invento de un oscuro asesor concertacionista para tender un manto nebuloso y también de smog con los cuales cubrir pactos secretos y negociaciones turbias. Que el matinal del canal nacional sea el que más bombo le da a la vaguada sólo confirma la sospecha. A lo mejor Iván Torres es en realidad un engranaje en un complejo mecanismo de inteligencia y propaganda.

La verdad es que al gobierno le está faltando conducción y orden, porque si no, habría detenido a tiempo los temblores que se han sentido por estos días en Santiago. De eso hablaba la presidenta Bachelet cuando les pidió a los ministros que se anticiparan a los conflictos.

Falta voluntad política para hacer llover. El gobierno no cree en la libertad de emprendimiento de las nubes y las asfixia con regulaciones como las alertas ambientales y la subcontratación de humedad y nieblas matinales.

Ante tanta nube negra con deudas habitacionales que siguen a la presidenta, ahora también la acompañan nubes verdes camufladas para mantener el orden.

Si el nivel de los mares no sube como profetiza Al Gore, por lo menos acá va a haber muchos con el agua hasta el cuello si no se ponen de acuerdo para detener el huracán. Así, no es de extrañar que la oposición crea que tiene el camino a La Moneda parcial, variando a despejado.

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