Todo el mar para Perú
La discusión por el límite marítimo con Perú se va a La Haya, ciudad holandesa que alguna gente que no habla correctamente el castellano menciona como “la haiga”. Haya o no haya acuerdo con nuestros vecinos sobre quién tiene más o menos mar, la verdad es que habría que reconocer que los peruanos lo merecen más que nosotros.
A ellos se les ocurrió esto del cebiche y nosotros simplemente se lo copiamos, para qué decir el pisco sour, si ellos tienen la ciudad que se llama Pisco como prueba número uno. Acá en Chile, al presidente González Videla se le ocurrió la pillería de inventar la ciudad Pisco Elqui para que nuestro pisco también respondiera a una denominación de origen.
Quizás podríamos aprobar la coyuntura para cambiarles el triángulo de mar que piden por un certificado de autoría del cebiche y el pisco sour, agregando a la lista las papas a la huancaína, el suspiro limeño y Machu Pichu, pero sin el camino del Inca, que es muy demoledor.
Pero la verdad es que nuestras relaciones exteriores son muy tradicionalistas. Si hoy hay gente que piensa posible negociar mar por gas, se puede cambiar mar por iconos culturales, que pronto van a convertirse en lo que más deja plata. Porque, además, la pesca de arrastre va a terminar dejando el mar sin valor.
Además, hay que imaginarse cómo estaríamos si Machu Pichu y la Isla de Pascua quedaran entre las siete nuevas maravillas del mundo. Con dos de ellas en Chile, tendríamos ingresos por turismo como para financiar todo EFE, el Transantiago con pasaje gratis y a Childeportes enseñándonos polo a todos.
A ellos se les ocurrió esto del cebiche y nosotros simplemente se lo copiamos, para qué decir el pisco sour, si ellos tienen la ciudad que se llama Pisco como prueba número uno. Acá en Chile, al presidente González Videla se le ocurrió la pillería de inventar la ciudad Pisco Elqui para que nuestro pisco también respondiera a una denominación de origen.
Quizás podríamos aprobar la coyuntura para cambiarles el triángulo de mar que piden por un certificado de autoría del cebiche y el pisco sour, agregando a la lista las papas a la huancaína, el suspiro limeño y Machu Pichu, pero sin el camino del Inca, que es muy demoledor.
Pero la verdad es que nuestras relaciones exteriores son muy tradicionalistas. Si hoy hay gente que piensa posible negociar mar por gas, se puede cambiar mar por iconos culturales, que pronto van a convertirse en lo que más deja plata. Porque, además, la pesca de arrastre va a terminar dejando el mar sin valor.
Además, hay que imaginarse cómo estaríamos si Machu Pichu y la Isla de Pascua quedaran entre las siete nuevas maravillas del mundo. Con dos de ellas en Chile, tendríamos ingresos por turismo como para financiar todo EFE, el Transantiago con pasaje gratis y a Childeportes enseñándonos polo a todos.
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