Thursday, June 14, 2007

Cubriendo el desastre

Hola, me encuentro en una calle anegada, forrado en la parka corporativa de la radio, con el logo en la esquina superior izquierda.

A mi espalda pueden verse grandes y profundas pozas en las calles, tablas arrimadas a la vereda que permiten cruzar la calzada sin mojarse, hombres con trajes y capas de color amarillo que trasladan a señoras en sus triciclos. Al fondo, una micro aparece media sumergida y a mis espaldas un grupo de cabros chicos salta y me hace conejitos.

Estoy cumpliendo con un rito de día lluvioso tan inevitable como las sopaipillas. Es el despacho en medio del desastre, que a estas alturas es un género televisivo tan istalado como las telenovelas, el matinal y los realities.

Como todo género, tiene sus propios códigos. Hay que usar estas parkas feas pero que se ven modernas y buenas, igual que las escenografías de los canales, que son feas pero siempre se ven nuevas. Ojalá haya gotas de lluvia mojando el lente de la cámara. Ojalá sople el viento y el audio se escuche con ligera dificultad, de tal modo que tengamos que elevar la voz para generar mejor la impresión de adversidad.

Necesitamos el testimonio de alguien que lo haya perdido todo. El de una autoridad menor en un albergue, un contraste con las secas y calefaccionadas oficinas de la Onemi, un pase a los estudios y listo, que todo empiece de nuevo en un rato más, después del guateo de los treinta segundos del compacto internacional.

Además, esto es toda una fuente de empleos, no sólo por los hombres de los triciclos. Es un secreto a voces que estos cabros chicos que saltan y hacen conejitos a mis espaldas son pagados por los canales. Mientras ambientan las notas de desastres naturales, forman parte de semilleros artísticos para llenar las áreas dramáticas del 2020.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home