Wednesday, June 27, 2007

Parodia, parodia, parodia...

Las cosas cambian rápido y hoy podríamos decir que es políticamente correcto ser políticamente incorrecto. Este era un concepto algo difícil de resumir una década atrás, pero hoy se resume en monos feos que hablan sucio, hacen chistes sexistas y racistas, y parodian a figuras conocidas.

Tenemos una víctima reciente entre los nuestros y se trata de nuestra propia presidenta.

Hoy día hay muchos que desconfían de ella, pero aquí sabemos que ella es lo suficientemente avispada para cachar de qué se trata la cosa y no darle mayor bola a su parodia en el programa Nada que Ver, que ha sido tan aleonado por los medios chilenos.

Lo bueno de Bachelet es eso, que uno puede suponer que ella no va a andar levantando el dedo ni levantando la voz como lo haría “otro” si fuera el parodiado. Hoy, ser incluido en una parodia, por cruel que sea, es un signo de popularidad.

Es más, la parodia es una herramienta política y comunicacional de posibilidades todavía inexploradas. Contacto se podría haber ahorrado el papelón de aceptar la declración de Ricardo Lagos haciendo una parodia animada del programa Puente. Adolfo Zaldívar podría hacer su propia parodia de Tranasantiago y del tribunal Supremo de la DC. Para eso está You Tube. Las columnas de Hermógenes Pérez de Arce podrían llevarse a monitos y tendríamos una hilarante parodia del país desde la óptica pinochetista, que en realidad no sirve para otra cosa que para reírse.

Y desde aquí también podríamos parodiar a un pobre tipo que todos los días, a esta hora, trata de decir algo más o menos inteligente y más o menos divertido, sin que se le ocurra otra forma de terminar que decir que es Sergio Fortuño y que les da la bienvenida a una nueva emisión de Concierto Enfoque.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home