Monday, April 16, 2007

Fértil provincia

Las regiones son la nueva novia en la fiesta política del país. La presidenta Bachelet envió la semana pasada un proyecto para la elección democrática de sus autoridades. El gesto estuvo sincronizado con los reclamos de la gente que no vive en Santiago por todo el billete que se le destina a la capital.

El odio a los capitalinos más allá de Chacabuco, la Angostura de Paine y la Cordillera de la Costa no es menor. La gente de Viña y Valparaíso se retuerce de ira cada vez que decimos que vamos a “la playa” para referirnos a alguna ciudad o localidad costera de la quinta región.

En Chiloé, la cancelación del puente de Chacao no es más que una maldad de los insensibles santiaguinos. Además, cualquiera que entre a la ciudad debe arreglárselas con un Tag que no le sirve para nada en su ciudad o comprar un pase diario en algún misterioso punto del camino.

Pero bueno, algo de consuelo tiene que haber para los que no comparten nuestro smog invernal ni recrean la vista con el tono té con leche de las aguas del Mapocho. No es tan malo ser de regiones. Sobre todo si no se dice así, “de regiones”, sino que se ocupan frases como “ser de provincia” o “venir de provincia”.

Ser de provincia tiene otro status. Tiene más cuento. Es ver a Santiago desde una doble perspectiva que ignoran los capitalinos. Es poder contar una historia de cambio y desplazamiento que puede tener su encanto. Es como una dificultad extra que alguien tuvo que vencer, aunque en realidad no haya habido ninguna dificultad.

La misma gente de provincia que vive en Santiago alimenta el mito. Se alegra cuando saben del éxito de otros provincianos, mientras el destino de los nativos santiaguinos les es completamente indiferente. Un ariqueño en Santiago va a ser más cercano a un puntarenense en la capital, aunque la distancia que separa sus ciudades de origen sea el doble de la que media entre ellas y Santiago.

A menos, que uno sea o haya sido paciente del hospital de Talca, es bueno ser de provincia. Además, suena parecido a Providencia.

1 Comments:

Blogger Lucy said...

Soy provinciana y a mucha honra,cuando voy a Santiago es ir a un mundo nuevo, sé que veré cosas que son normales, pero en mi querida ciudad sólo la podría hacer alguien muy loco.La gente con el pelo de color está loca!o <"mira esa ninñita", eso sip, el conventilleo es heavy en las provincias. Pero lo bueno de Chaguito es que me puedo sorpender con cosas simples.
Pero hay algo que no cambio de mi city provinciana, los 5 minutos de mi casa a la pega, no los cambio por nada.

April 16, 2007  

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