Reinaldo, la viejita y yo

Adelfa Volpes era una argentina de 82 años que a fines de septiembre se casó con un joven de 24 años llamado Reinaldo Waveqche. Digo “era” porque la veterana murió cerca de la medianoche de ayer en un sanatorio de la ciudad de Santa Fe.

La pareja había regresado hace 10 días de su luna de miel en Brasil. Sinceramente, no quiero imaginar qué sucedió en aquellas noches salvajes. Creo que la sola mención del Kamasutra o de posturas exigentes como el dragón o el canguro hip-hopero, deben haber bastado para desatar palpitaciones en la anciana, cuyo corazón sufría una arritmia que la mantenía bajo control médico.

No faltará el oportunista que patentará el viejicidio o el jurassicparkicidio para referirse a la muerte de la abuelita. De los mismos creadores del femicidio frustrado y del bacheletismo-aliancismo nos llegará un nuevo concepto para gastar saliva. Lástima que la cuchara de doña Adelfa no aguantó. Ahora, el joven Reinaldo es el viudo heredero de los millones de la anciana. Honestamente, no quiero pensar mal del muchacho. Al final, como canta Mijares, todos somos “soldados del amor en esta guerra entre tú y yo / cada noche caigo herido por ganar tu corazón”. Y Mijares, un sabio buey viejo, se casó con Lucerito, quien prefiere ser llamada Lucero a secas después de la noche de bodas. Grrr.