El olfato del Panzer
Llegó Insulza, el panzer, y se armó el revoloteo general. Como que la CUT llamó a la calle para sacarle pica y que le dieran ganas de estar en La Moneda teniéndolos cortitos a todos.
Quizás qué piensa el panzer cuando ve que ahora en Chile todo el mundo anda con la correa larga. Tal vez le den ganas de aforrar uno que otro coscacho por aquí y por allá. O quizás, asumiendo que la presidenta Bachelet es la mamá del país, él se asuma ahora a sí mismo como abuelo y sienta que su rol es mimar y malcriar a los nietos.
Pero parece que el tata panzer quiere ponerse en el lugar del papá, de tanto que aparece por aquí y por allá candidateándose para no ser candidato todavía, pero en el futuro a lo mejor sí, aunque puede ser que no. Claro que todo el mundo cacha que está como metiendo el dedo gordo del pie al agua para tomarle la temperatura, porque todavía no sabe si se lanza un piquero o un estrepitoso guatazo.
Ese tic que tiene con la nariz es otra seña de cautela. Lo que hace el hombre de la OEA es estar permanentemente olfateando el clima político. Anoche cenó donde el ex presidente Lagos. ¿Cómo serán esas comidas? ¿Tomarán pisco sour ahora que no se tienen que levantar tan temprano? ¿Tendrán juegos de salón como el pictograma o el trivium? ¿Los comensales tendrán que dejarse ganar por su antiguo jefe?
¿Tendrán que cuidarse y comer livianito y sin sal? Parafraseando a Hugo Chávez, aunque con más timidez: ¿Será insulsa la vida de Insulza?
Quizás qué piensa el panzer cuando ve que ahora en Chile todo el mundo anda con la correa larga. Tal vez le den ganas de aforrar uno que otro coscacho por aquí y por allá. O quizás, asumiendo que la presidenta Bachelet es la mamá del país, él se asuma ahora a sí mismo como abuelo y sienta que su rol es mimar y malcriar a los nietos.
Pero parece que el tata panzer quiere ponerse en el lugar del papá, de tanto que aparece por aquí y por allá candidateándose para no ser candidato todavía, pero en el futuro a lo mejor sí, aunque puede ser que no. Claro que todo el mundo cacha que está como metiendo el dedo gordo del pie al agua para tomarle la temperatura, porque todavía no sabe si se lanza un piquero o un estrepitoso guatazo.
Ese tic que tiene con la nariz es otra seña de cautela. Lo que hace el hombre de la OEA es estar permanentemente olfateando el clima político. Anoche cenó donde el ex presidente Lagos. ¿Cómo serán esas comidas? ¿Tomarán pisco sour ahora que no se tienen que levantar tan temprano? ¿Tendrán juegos de salón como el pictograma o el trivium? ¿Los comensales tendrán que dejarse ganar por su antiguo jefe?
¿Tendrán que cuidarse y comer livianito y sin sal? Parafraseando a Hugo Chávez, aunque con más timidez: ¿Será insulsa la vida de Insulza?
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