Subcontratación

En el gobierno, todos lo saben, pero nadie quiere decírselo a la presidenta. En Codelco, el problema son las minas, para variar.

Chuquicamata está en peligro de quedar a tajo cerrado. A El Teniente la van a dar de baja. No se salva ni El salvador. Esto se está poniendo tan feo, que Codelco está pensando llamar a Juan Pablo Dávila para que haga alguna operación inesperada, a ver si salva el conflicto.

Todo es por la ley de subcontratación. Es que ya el nombre suena feo. Estar subcontratado no es como ser sub veinte. Es como de segunda clase, como trabajar en la empresa, sin poder ir a la fiesta de fin de año con los compañeros que sí lo están. Se dice que hay compañías que relegan a los subcontratados incluso del amigo secreto navideño.

De todas maneras, la situación igual reviste una oportunidad para el gobierno. Lo que podrían hacer para dejarse de pelear con la gente en huelga y terminar con las disputas al interior del mismo gabinete es externalizar el manejo del conflicto, hacer un outsourcing y dejar en manos de otra gente todo el asunto.

Así, tendríamos un gobierno subcontratado al que culpar, mientras el gobierno electo sigue con la imagen y la armonía interna intactas.