Wednesday, November 07, 2007

Regimiento XXX

Sigo sin entender por qué hay personas que guardan en los computadores del trabajo fotografías personales. No hablo de los apacibles retratos de un asado en el campo o unas vacaciones con los niños en la playa, sino de los registros de ardientes sesiones sexuales realizadas en ese país tan húmedo y caluroso llamado Intimidad.

Pienso en la agraciada subteniente del Ejército dada de baja por las gozadoras fotos que un superior encontró en su notebook. Ella, ingenua, había solicitado a la institución permiso para utilizar en el regimiento su propia máquina. Es un misterio por qué decidió guardar en ese territorio vulnerable las fotos hot que se tomó con su novio, también capitán del Ejército. Un superior se metió al aparato, descubrió las fotos y listo: de baja, para la casa. ¿Qué ejercicio de enlace, qué desenfrenado boinazo habrá visto ese militar? Tal vez contempló escenas de sadomasoquismo tipo “por la razón o la fuerza” o alguna innovadora “parada militar” o una exótica variación del “helicóptero apache” o un “punta y codo” en pelotas....

En el trabajo, la privacidad casi no existe. Mejor borrar ESE tipo de fotos. Total, en el computador de la casa se ven tan lindas, claro, mientras no las descubran tus hijos o sobrinos. Mejor darse para callado a que te den de baja. El consejo del día es usar polaroids: son más románticas y siempre sabrás dónde escondiste LA única copia.

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