Shileno

Durante el histórico empate que obtuvo ayer nuestra selección nacional de fútbol en Montevideo, se me le salió el shileno. Sí, ese demonio con sh, shaquetero, miserable, abajista, resentido, pesimista, inseguro y desconfiado que todos llevamos amarrado con alambritos en algún gen patrio.

¿Que la jugada del primer gol de Salas la habían ensayado en las prácticas? Mentira, Villanueva sacó el centro de pura suerte y el cabezazo del anciano Matador fue un cuevazo, seguro que tropezó y se encontró con la pelota. ¿Que Marcelo Salas era la mejor opción para patear el penal? Nada, tuve que rezar un rosario y hacer una manda a Pelequén para que el tatita de la Roja no enviara el balón a las nubes.

Ay, tener al shileno dentro, es peor que estar poseído por el diablo de El Exorcista. Me lleva a pensar mal de todo y de todos... ¿Qué Miguel Bosé cancelo el show del sábado en Santiago por influenza? Falso de falsedad absoluta: lo envenenó su “amiga” Cecilia Bolocco, en aquella cena rica en grasas y Polonio 210. Más encima, la ex Miss Universo le dejó un jabón en la puerta de su casa, por eso Bosé se sacó la cresta. Ahora leo que La Oreja de Van Gogh se quedó sin voz: Amaia Montero abandonó el grupo y sus ex compañeros le desean “toda la suerte del mundo en su nueva etapa”. ¡Otra paparruchada! Seguro que la mina le pegaba al tecladista, se acostó con toda la banda y se quedó con la colección de gaviotas y antorchas que ganaron en Viña. Bruja, golfa, mala mujer, mala mujer... auch, no soy yo quien habla... es el shileno que vive en mí... argh... argh... mátenlo, mátenlo... o como cantaba Scaramelli... "párenlo... párenlo".