Tuesday, December 11, 2007

Mall subterráneo

Con la historia del vendedor de agua en el metro se descubrió todo un mercado cautivo de más de dos millones de consumidores en las horas punta.

Además de agua, se podrían vender sanguches como los del estadio, o helados panda y algunos artículos de escritorio siempre salvadores para estudiantes y oficinistas, como lápices bic, scotch, destacadores y tijeras, las cuatro cosas que uno nunca encuentra en la pega.

Como la gente va tan pegada, también es un buen nicho para vender preservativos, viagra y la pastilla del día después. Incluso puede surgir una oportunidad mucho más segura que las veredas para los vendedores de música, películas y juegos piratas.

Lamentablemente, todavía nadie da con la fórmula de vender lo que todos querrían comprar en el metro: espacio.

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